Arquitectura
Hay numerosas muestras en el concejo de Ponga de arquitectura típica y popular. En él nos encontramos palacios, casonas, iglesias, viviendas, hórreos, paneras, cortes (establos) o cabañas. Para su construcción se empleaban recursos autóctonos por lo que están en perfecta consonancia con el medio que les rodea (piedra caliza, madera de castaño, roble o haya y teja.
Varias iglesias y ermitas subsisten actualmente aunque con pequeñas modificaciones. Encontramos templos históricos como el de Viego o Carangas, modestas capillas como la de Casielles, más amplias como las de Beleño o Taranes o ermitas de montaña en medio de las praderías como la de Arcenoriu o Ventaniella. Estos edificios suponen un rico patrimonio histórico y cultural.
En los núcleos de población nos encontramos con palacios blasonados y amplios, casonas con arcaicas galerías, sencillas viviendas rurales de dos plantas, etc, todos ellos formando barrios con identidad propia. Claros ejemplos de palacios blasonados o armeros son la medieval Torre de Cazo, antigua cárcel-fortaleza, la casa de Rubín en Viego o el palacio de Sobrefoz, construcciones civiles del siglo XVII cuyos modelos se han repetido hasta que llega la influencia indiana a finales del siglo XIX. Son edificaciones amplias de varios cuerpos sobre silares de piedra labrados, con puertas adinteladas, amplios portalones, cubiertas de varias vertientes, aleros voladizos y largos corredores o galerías.
Pero sin duda lo más representativo de la arquitectura rural son las casas campesinas, adosada frecuentemente al establo o pajar y cercanas a los hórreos o paneras que sirven como almacén de la cosecha. El tipo más frecuente es la casa portal con corredor, de planta rectangular y con una sencilla construcción de piedra caliza y un tejado de dos, tres o cuatro aguas. El portal es el lugar propicio para llevar a cabo tareas domésticas o quehaceres agropecuarios, por lo que es frecuente que en él haya un banco de madera o piedra. Es muy bueno por su amplitud de espacio, claridad y protección en los días de lluvia u orbayu. Cuando ya es amplio, sirviendo de acceso a los cubiles o las cuadras, se le conoce como portalón. También se usa para tronzar (cortar) y almacenar leña.
Los corredores son galerías abiertas con balaustre de madera torneada, que son típicos en las construcciones del siglo XVIII para colgar las riestras de maíz, tender la ropa o almacenar utensilios. Con el paso del tiempo, se han llevado a cabo instalaciones de servicios higiénicos. Cuando se cierra con ventanales se le conoce como galería, que proliferaron en el siglo XIX como imitación de las urbanas y marineras, quitando espacio a las labores campesinas y dejando así más espacio para la vivienda. En los porches destacan las puertas de madera de una sola hoya y dos cuerpos. La parte de abajo se cierra, para impedir el paso de los animales, mientras que la de arriba conocida como cuarterón se abre con el fin de que entre la luz y el aire.
Los hórreos son la construcción más original. Se usan para guardar las cosechas de cereales y evitar que se estropeen con la humedad o que accedan a ellas los roedores. Son cuadrados y se sustentan en cuatro bases conocidas como pegollos (de piedra o madera de metro y medio de altura). El remate final se hace con piedras grandes y circulares, conocidas como muelas. En ellas apoyan el armazón del hórreo.
La estructura se basa en tableros gruesos de castaño que encajan en el armazón, sin clavos. Se cubren con teja curva en cuatro aguas, siendo especiales los hórreos de la zona de los Beyos, por lo que se les conoce como beyuscos, cuyo tejado es en dos aguas. Son vestigios de los antiguos hórreos norteños.
Las casas indianas, las construyeron emigrantes que retornaron de América y que se distinguen de las demás por su altura y detallismo decorativo. En ellas encontramos suelos de cerámica, azulejos de colores en las paredes, cristales de colores, verjas o balaustres de hierro y madera, y mobiliario selecto desconocido hasta el momento.
Fiestas y tradiciones
Sin duda alguna la fiesta más representativa y declarada como de interés turístico regional es la Fiesta del Aguinaldo de San Juan de Beleño. Los aguinalderos van a caballo, precedidos por los niños en burros. Juntos van tanto por los pueblos de Beleño como de Cainava cantando y pidiendo el aguinaldo por las casas de la parroquia, deseando salud y prosperidad. Se lleva a cabo un sorteo de mozos y mozas, de donde surgen parejas con la obligación por parte de ellos de entregar un regalo a la moza y de ella corresponderle con una merienda.
El día uno de enero al mediodía se reúnen los mozos y entre ellos, surge el guirria, un personaje mitológico vestido de azul y grana, con una careta y un capirote, que abraza a las mujeres y echa ceniza a los hombres. Después hay sendas cenas tanto de niños como de mozos y una verbena que cierra la fiesta.
Hay variantes de esta fiesta, celebrándose también en los pueblos de Sobrefoz y en la Parroquia de Cazo. En Sobrefoz, se celebra el día uno de enero y en él participan también las mujeres y los casados. En el de la parroquia de Cazo, se pide por los seis pueblos que la forman (Sellaño, Tribierto, Priesca, Cazo, Ambingue y Los Lladeros). En este caso los caballos van engalanados con vistosos ramos.
También perviven determinadas tradiciones de origen medieval que se basan en el aprovechamiento de los bienes comunales y fiestas significativas. Además en Sobrefoz, se señala la distribución de las fincas comunales entre los vecinos, en parcelas que se explotan individualmente.
Otro tipo de tradiciones festivas aún se mantienen como la de colocar un ramo en el balcón de las mozas durante la noche de San Juan o la foguera de San Juan, ambos en San Juan de Beleño.
En el resto de los pueblos se celebran fiestas tradicionales combinando actos religiosos, gastronomía casera, juegos infantiles, música y diversión en general. Los de mayor rango son los que se dedican al patrón o patrona del pueblo, Consisten en la celebración de una misa con procesión, que se acompaña con voladores y replique de campanas. Después se celebran las comidas familiares, juegos infantiles, partidas de bolos y bailes. Las fechas son:
– 15 de Mayo: San Isidro en Beleño
– 13 de Junio: San Antonio en Abiegos.
– 24 de Junio: San Juan en Beleño.
– 28 de Junio: San Pedro en Sobrefoz.
– Primer fin de semana de julio: El Santu Viboli
– 16 de Julio: Ntra Sra del Carmen en Beleño
– Último fin de semana de julio: San Ignacio
– 4 y 5 de Agosto: Ntra Sra de las Nieves en Cazo
– 6 de Agosto: Nta Sra de las Nieves en Sellaño
– 9 de Agosto: San Justo en Cainava
– 10 y 11 de Agosto: Ntra Sra en Abiegos
– 15 y 16 de Agosto: Ntra Sra en Viego y Taranes
– Viernes siguiente: La Costillada en Beleño
Sin duda alguna, cabe destacar las fiestas campestres como las de “La Santina” tanto de Arcenorio como de Ventaniella o el “Arándanu” en San Juan de Beleño. Se llevan a cabo en las camperas por la mañana (el “Arándanu” en Les Bedules) para asistir a los actos religiosos al aire libre, y pujar en la subasta del ramu. Después se inicia la comida campestre, entonando cánticos al son de gaita y tambor.
Las fechas son:
– El “Arándanu”: penúltimo sábado del mes de agosto.
– La Santina de Ventaniella: primer sábado de septiembre.
– La Santina de Arcenorio: 8 de septiembre.
La de la Santina de Arcenorio es considerada la romería asturiana que se celebra a más altura (unos 1.500 metros).
Las ferias ganaderas se celebran en verano u otoño para vender el ganado criado durante el año. Vendedores y compradores, junto a artesanos de productos típicos de la zona como el queso o la miel, se concentran desde primera hora de la mañana. Entre las más significativas está la de Sellaño el 8 de diciembre.
Parroquias y pueblos
– San Juan de Beleño
– Viego
– Casielles
– San Ignacio
– Taranes
– Sobrefoz
– Cazo
– Abiegos
– Carangas
San Juan de Beleño
A esta parroquia pertenecen los pueblos de San Juan de Beleño y Cainava. Beleño, capital del concejo y centro de servicios de la zona con Ayuntamiento, Centro de Salud, Caja de Ahorros, fondas, restaurantes y bares. Se accede desde la carretera provincial AS-261 que, desde el Puente de los Grazos y tras cruzar el desfiladero de Los Corredores, lleva a los valles altos del municipio. El núcleo poblado incluye varios barrios, destacando en el recodo de la carretera Cadenava, a un kilómetro de Beleño con ermita y tradicionales viviendas rurales. San Juan de Beleño está situado en una ladera soleada a 620 m. de altitud disfruta de una magnífica vista panorámica frente al Cordal de Ponga.
Viego
A esta parroquia pertenecen los pueblos de Viego y Viboli. Se accede desde la Nacional 625, de Riaño a Cangas de Onís, tomando la desviación en el Puente Vidosa y ascendiendo por una impresionante carretera de montaña labrada en el desfiladero que desemboca en el valle. También se llega por la regional AS-261 tomando la desviación existente a la salida de S. Juan de Beleño (PO-2). El pueblo, a 700 m. de altitud y a media ladera, constituye un conjunto arquitectónico de interés por la valía y buena conservación de las tradicionales viviendas rurales asturianas. Destaca la iglesia de Sta. María, construida entre los siglos XVII y XVIII y los hórreos beyuscos.
Muy próxima está la casa Rubín, erigida en el siglo XVI aunque con varias modificaciones posteriores, perteneciente al solar de los Suárez Monasterio cuyo escudo incluía esta inscripción: «A pesar de todo venceré (…) Godos».
Viboli es un pueblo de piedra y madera, dividido en dos barrios que se asientan en el fondo de un valle rodeado de montes. El patrimonio arquitectónico rural tiene interés como conjunto y como testimonio de un pasado aún reciente, sobresaliendo la pequeña iglesia, tres molinos, hórreos beyuscos y la antigua fábrica de la luz.
Casielles
Casielles se localiza en una loma en el centro mismo del desfiladero donde retumba el eco de la campana de su porticada iglesia para unir sonoramente a los dispersos barrios que conforman la aldea: Cándano, La Sota, Caviella, Biamón y Tolivia (a 4 km. por un terreno muy abrupto).
San Ignacio
Los pueblos de San Ignacio, Canisquesu, Rubriellos, Sotos y el Puente Vidosa tienen en común un emplazamiento topográfico sin par que les fuerza a estirarse escalonadamente en la roca, al borde mismo del desfiladero. Los caminos se convierten en caleyas empedradas y empinadas que permiten el acceso a las viviendas donde subsisten ciertas formas de vida del pasado: molinos, horneras, hogares o llares y, sobre todo, los originales hórreos beyuscos. San Ignacio superpone sus casas en el reborde calcáreo del Beyu y conserva su capilla rural de mampostería con porche de entrada y espadaña en el remate.
Taranes
A esta parroquia pertenecen los pueblos de Taranes, Tanda y Vallemoru. El pueblo de Taranes está localizado al pie de la sierra del mismo nombre y constituye un conjunto arquitectónico digno de destacar sobresaliendo la iglesia parroquial de Sta. María, construida en 1779, con crucero original de dos alturas que se remata con una cúpula sobre pechinas y con bóvedas de medio cañón. Arquitectónicamente es una de las iglesias más ricas de la zona pues presenta en la fachada pórtico, puerta semicircular y ventana de arco apuntado, y, en el interior, pinturas al fresco. Entre los edificios civiles sobresalen dos edificios del siglo XIX: la casa de la Plazuela del Sol que recrea el tipo de vivienda característica de la zona (anchos muros, planta cuadrada, tejado a cuatro vertientes, dos pisos y corredor de madera tallada) y la Corralada, en el barrio de La Barrosa, con su gran galería, dos puertas -en arco y dintel- y en la cubierta un remate abuhardillado.
Sobrefoz
Entre los edificios de relieve, por su antiguedad, sobresale el palacio de la Costaniella con alero de madera tallada, portalón central y balcón, habiéndose perdido un corredor de madera lateral y la antigua capilla. Otra edificación original se localiza frente a la iglesia donde la vivienda de mampostería se une al antiguo horno de pan mediante una galería de madera. En el barrio de Yano una vivienda rural, fechada en 1777 según consta en la fachada, presenta elementos de interés: piedra y madera talladas con balcón y alero sobresalientes. Además se conservan tres relojes de sol o cuadrantes, destacando el que se empotra en los muros exteriores de la iglesia que data de 1773.
Cazo
Alto y señorial, Cazo preside y vigila el valle del Ponga, en el que destaca Sellaño, rodeado de una cadena de pueblos: Ambingue, Tribierto, Los Laderos, Cortes y Priesca, donde se dice que los romanos explotaron una mina de cobre. El origen de Cazo radica en la torre y en el antiguo coto señorial que donó Alfonso IX en 1188. La iglesia del siglo XVIII, que cuenta con interesantes pinturas, está dedicada a Sta. Mª de las Nieves, patrona del pueblo.
Abiegos
Abiegos es un pequeño núcleo urbano entre Mestas y Sobrefoz al que se llega desviándose en el Puente de Retortorio. Ofrece al visitante una preciosa iglesia del siglo XVIII que se caracteriza por su sencillez y buen estado de conservación: una sola nave y una capilla cuadrada, pórtico de madera apoyado en un muro ciego y puerta en arco sobre la que destaca un escudo. La antigua hidalguía del pueblo se pone de relieve en la casa de la Merreguera, casona solariega de los Muñiz que puede datar del siglo XVII y que se ajusta al diseño de las construcciones señoriales. A su lado se localiza la pequeña capilla familiar, cuya puerta se decora con molduras barrocas.
Carangas
Situado en una planicie al pie de la sierra del mismo nombre, Carangas es un pueblo alto, de aires puros y protegido de los vientos del norte. Se accede desde el barrio de Sotos (en la regional AS-261) por una carretera zigzagueante y empinada (PO-5) durante 4,5 km. de recorrido hasta llegar al otero, donde se ubica el núcleo poblado con magníficas vistas. En el conjunto arquitectónico presenta interés la calidad constructiva de las viviendas por la selección de los materiales y por las grandes proporciones de los edificios. Especial relieve tiene la iglesia, dedicada a San Esteban,